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Vivir el Duelo: Un proceso necesario para cerrar etapas y abrir nuevas posibilidades

  • Foto del escritor: Jimmy Herrera
    Jimmy Herrera
  • 30 nov 2024
  • 3 Min. de lectura

La vida está marcada por ciclos, algunos de los cuales terminan y nos dejan con un sentimiento de vacío, tristeza o incertidumbre. Todos hemos vivido algún tipo de pérdida: la de un ser querido, una relación, un trabajo, o incluso una etapa importante de nuestra vida. En estos momentos, el duelo se presenta como un proceso inevitable. Sin embargo, muchas veces nos resistimos a vivirlo de manera completa, tratando de apresurarnos hacia el “cierre” sin permitirnos transitar la necesaria despedida.


La Resistencia al Duelo

Es natural querer evitar el dolor. Desde pequeños, nos enseñan que debemos ser fuertes, que el sufrimiento es algo que debemos superar rápidamente para seguir adelante. Esta idea de que el dolor es algo que se debe eliminar de inmediato nos lleva a la negación, a minimizar lo que sentimos o incluso a fingir que todo está bien cuando, en realidad, el dolor nos está reclamando atención.

En mi experiencia, la resistencia al duelo no solo retrasa el proceso de sanación, sino que lo intensifica. Recuerdo cuando pasé por una pérdida significativa en mi vida. Durante un tiempo, traté de mantenerme ocupado, pensando que ignorar el dolor lo haría desaparecer. Sin embargo, lo único que conseguí fue cargar con una angustia aún mayor, ya que el sufrimiento no desaparece por no mirarlo de frente. Aprendí que vivir el duelo de forma plena es, paradójicamente, lo que me permite liberarme.


El Duelo Como un Proceso Natural

Vivir el duelo no es simplemente un conjunto de etapas que se deben cumplir, sino un proceso profundamente humano que nos permite comprender lo que hemos perdido, reorganizar nuestras emociones y, eventualmente, avanzar hacia nuevas etapas de la vida. No se trata de “superarlo” rápidamente, sino de permitirnos sentir lo que sentimos, de abrazar nuestra vulnerabilidad, y de aprender del proceso.

El duelo es una oportunidad para volver a conectar con nosotros mismos. Al aceptar la tristeza, el enojo o la frustración, nos permitimos vivir de forma más auténtica. Esta aceptación de lo que nos duele es el primer paso hacia el cierre de etapas, no porque queramos olvidar, sino porque entendemos que el dolor no tiene que definirnos de manera permanente. Nos puede enseñar sobre nuestros deseos, nuestros límites, y nuestra resiliencia.

¿Cómo Vivir el Duelo de Forma Saludable?

  1. Permítete Sentir: La sociedad a menudo nos anima a reprimir nuestras emociones para “ser fuertes”. Sin embargo, vivir el duelo requiere el coraje de sentir lo que nos duele. Reconocer la tristeza, el miedo o la confusión es un acto valiente, un paso hacia la sanación. No hay emociones equivocadas; todas son parte de nuestro proceso humano.

  2. No Apresures el Proceso: El duelo no tiene un calendario preestablecido. Cada persona lo vive a su propio ritmo. Es importante evitar la presión de “superarlo” o “avanzar” demasiado rápido. Date permiso para atravesar las olas emocionales a su propio tiempo. Esto te permitirá cerrar realmente las etapas, sin dejar cabos sueltos.

  3. Busca Espacios para Reflexionar: A veces, el dolor se hace más manejable cuando lo expresamos. Hablar con alguien cercano, escribir en un diario o incluso meditar son formas efectivas de procesar nuestras emociones. Estas herramientas nos permiten poner en palabras lo que sentimos y, de alguna manera, darle sentido a lo que está sucediendo dentro de nosotros.

  4. La Autocompasión Como Pilar del Duelo: El duelo puede ser un proceso de autodescubrimiento, pero también de autocompasión. Reconocer nuestra vulnerabilidad, tratarnos con amabilidad en lugar de autocrítica, y darnos tiempo para sanar son aspectos esenciales para cerrar una etapa con paz.

  5. Buscar Ayuda Profesional Si Es Necesario: El acompañamiento de un terapeuta puede ser clave para entender y procesar las emociones que surgen durante el duelo. A veces, contar con alguien que nos guíe en este proceso es fundamental para poder avanzar de manera saludable y con perspectiva.

Cerrar Etapas: Un Acto de Renovación

El cierre de una etapa no significa olvidar lo vivido ni suprimir el dolor. Al contrario, cerrar una etapa de nuestra vida implica reconocer lo que nos dejó, los aprendizajes, las cicatrices y los momentos compartidos. Solo cuando permitimos que el duelo se complete, sin resistirnos, podemos liberar el espacio para nuevas posibilidades.

El proceso de cierre es liberador. Nos permite despedirnos de lo que ya no está, pero también abrirnos a lo que vendrá. Nos da la oportunidad de reconstruirnos, de integrar las experiencias pasadas y caminar hacia una nueva versión de nosotros mismos.


Conclusión: El Duelo Como Parte del Crecimiento

Vivir el duelo no es un proceso de debilidad, sino de valentía. Al abrazar el dolor, podemos encontrar el camino hacia la sanación y el crecimiento. Cerrar etapas de manera consciente y completa es lo que nos permite seguir adelante con mayor fuerza, claridad y, sobre todo, con una comprensión más profunda de nosotros mismos. Aunque el duelo es doloroso, también es un espacio de transformación. Y en cada despedida, nos damos la oportunidad de renacer.


Con cariño, Ps. Jimmy Herrera.

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