No seas tan duro contigo: El valor de la autocompasión
- Jimmy Herrera
- 11 abr
- 2 Min. de lectura
A veces, somos nosotros mismos quienes nos hablamos con más dureza. Nos exigimos ser perfectos, no equivocarnos, estar bien todo el tiempo. Pero, ¿te has detenido a pensar cómo te hablas a ti mismo cuando las cosas no salen como esperabas?
La autocompasión es una herramienta poderosa en psicología. Consiste en tratarnos con la misma amabilidad y comprensión con la que trataríamos a un amigo o ser querido. No es indulgencia ni autoengaño, sino reconocer con honestidad que estamos viviendo un momento difícil… y merecemos acompañarnos con respeto.
“En lugar de juzgarte y criticarte por diversas insuficiencias o fracasos, la autocompasión significa que eres amable y comprensivo contigo mismo cuando te enfrentas a dificultades personales”— Kristin Neff, 2003
¿Por qué somos tan críticos con nosotros mismos?
Desde pequeños aprendemos a valorar el rendimiento, la productividad, la imagen. En ese proceso, a veces olvidamos que el error y la fragilidad son parte natural del ser humano. Nuestro diálogo interno —esa voz que escuchamos en silencio— muchas veces se vuelve juez implacable.
Esa voz crítica puede nublar nuestra capacidad de ver nuestras cualidades, reforzar sentimientos de culpa o hacernos sentir insuficientes. Y lo más importante: muchas veces, no es una voz realista.
La autocompasión: un camino hacia el bienestar:
La psicóloga Kristin Neff propone que la autocompasión se basa en tres pilares:
Amabilidad con uno mismo: reconocer el dolor sin juzgarse.
Humanidad compartida: recordar que no estamos solos en el sufrimiento.
Mindfulness o atención plena: observar lo que sentimos, sin evitación ni exageración.
Practicarla implica validar nuestras emociones y necesidades, sin caer en la autoexigencia destructiva.
Además, estudios recientes han demostrado que fomentar la autocompasión puede reducir la sintomatología ansiosa y depresiva, fortaleciendo la resiliencia emocional.
“La autocompasión proporciona una base emocional sólida para afrontar nuestras dificultades, sin caer en el autoabandono ni en la negación de nuestras emociones”— Germer & Neff, 2013
¿Y si hoy te trataras con más suavidad?
Está bien no tener todas las respuestas. Está bien descansar. Está bien llorar. También está bien pedir ayuda.
Hablarte con ternura no te hace débil: te hace más humano.
✨ Hoy puede ser un buen día para recordarte: No estás solo o sola. No tienes que hacerlo perfecto. Estás haciendo lo mejor que puedes.
Con cariño, Ps. Jimmy Herrera.
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